Hasta ahora hemos supuesto que podemos integrar cualquier corriente fría con cualquier corriente caliente, siempre y cuando la diferencia de temperaturas entre ambas lo permitiera. Sin embargo, a menudo consideraciones de tipo práctico impiden integrar dos corrientes. Por ejemplo, puede ser el caso de dos corrientes que pueden formar mezclas explosivas y cuya integración puede dar lugar a una situación potencialmente peligrosa. También puede ser el caso de dos corrientes que se encuentran a mucha distancia, y cuya integración supondría tramos muy largos de tubería, que ocasionan pérdidas de carga demasiado grandes.
Otra razón muy común deriva de las denominadas áreas de integridad. Normalmente, un proceso se diseña con una estructura de secciones y áreas, fácilmente identificables. Por ejemplo, el ``área de reacción'', el ``área de separación'', etc. Estas áreas deben permanecer separadas por razones operativas y de control (puesta en marcha, parada, seguridad, controlabilidad, etc). Estas áreas imponen restricciones a la integración de las corrientes, ya que no se pueden poner en contacto corrientes de diferentes áreas.
Cuando se presentan estas restricciones, el algoritmo de la tabla del problema no se puede aplicar directamente. La solución tampoco es complicada:
Veámoslo en un ejemplo:
Ejemplo 2
Un proceso está dividido en dos áreas, y , que deben operarse de manera independiente. Las corrientes de cada área se dan en la tabla . Calcular el exceso de energía consumida que supone mantener las dos áreas de integridad separadas, si min ^oC
En primer lugar vamos a calcular el consumo de cada área por separado (fig. a), y después calcularemos el consumo de energía como si se tratara de un sólo área (fig. b). En la figura a se muestra el diagrama de cascada del área , y en la b para el área . Para todo el proceso global, el diagrama de cascada es el de la figura c.
Con las dos áreas separadas, se consumen kW de vapor, y el agua de refrigeración debe sustraer kW. Si hubiéramos integrado globalmente el proceso, el consumo de vapor sería de kW y el de agua de refrigeración kW. Por tanto, el exceso de consumo es de KW en calefacción y kW en refrigeración.
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Hemos visto en el ejemplo que la separación en áreas de integridad supone un mayor consumo energético. Este exceso de consumo nos permite evaluar si es más económico mantener la integridad a costa de un mayor consumo energético, o si por el contrario es mejor cambiar la organización del proceso para disminuir el consumo energético. Por tanto, son dos las opciones:
En el caso de que nos encontremos con muchas más restricciones, es mejor acudir a la programación matemática.
2004-05-30