La tecnología pinch se concibió como un método de diseño de redes de intercambiadores de calor. Sin embargo, con el paso del tiempo, y la puesta de manifiesto de sus puntos débiles, se ha consolidado más como una herramienta de análisis que de diseño. Esta es la causa de que en las publicaciones recientes se denomine análisis pinch a lo que tradicionalmente se había llamado tecnología pinch.
Como herramienta de análisis es extremadamente potente, ya que con muy pocos datos es posible comprobar si los consumos caloríficos de nuestro proceso están muy alejados de los óptimos. Además, también es posible identificar dónde está el punto pinch, si hay algún cambiador que provoque una transferencia a través del punto pinch, etc.